"El diablo" y otros relatos de una comunidad afrocolombiana (página 2)
"Chilita", al escuchar esas propuestas lujuriosas que
los areneros públicamente le hacen, ríe a
carcajadas, se emociona, se contonea y se llena de ardor porque
ella sabe que con cualquiera de ellos la noche pasará y su
pasión calmará. Pero_ ¿Qué va?, dicen
sus hermanas, ella no se tranquiliza con uno, porque siempre
quiere otro y otro más. Por eso, al verle metida en ese
infierno de lujuria que por nada quiere cambiar, creen que
"Chilita" pudo haberle dado "maranguango" o alguna poción
embrujada a su marido para que no se percatara de todas las
picardías que hace; porque, desde que cogió la
manía del "perreo", no ha dejado la costumbre de ir a
Juanchito a bailar, beber ron y guarichar.
7. FOTOGRAFÍA TOMADA EN EL
RÍO TELEMBÍ, NARIÑO, 1990
Dice Vicky, su sobrina, que el "Curandero" es un viejo
jubilado de Los Correos Nacionales que se "echó" a su
tía cuando apenas tenía doce años, a los
catorce la embarazó y a los veinte ya la había
convertido en mamá de tres hijas y dos hijos que ella
solamente parió, porque el cuidado siempre estuvo bajo la
responsabilidad del papá. Aunque sobre
dicha paternidad, sus hermanas tenían algunas dudas puesto
que, tanto la pigmentación como la clase de
cabello, diferían notoriamente entre las tres hijas y los
dos hijos. Pero eso no le preocupaba a "Chilita" porque tan
pronto el "Curandero" había mostrado su desconcierto, ella
le había explicado que eso se debió a que, en el
momento de la concepción del uno hubo un eclipse de luna
que influyó sobre las características
físicas de la criatura; y en el otro se había
presentado una tormenta eléctrica que lo afectó de
igual manera. Esta es otra razón para que sus hermanas le
reprochen porque el "Curandero", su marido, es un hombre bueno y
estimado por la comunidad ya
que, gracias a sus conocimientos sobre el valor
balsámico de las plantas, a muchos
hombres ha sanado con "balsánica" cuando lo han necesitado
y a las mujeres no les ha faltado el "chamico" para enamorar.
También, porque gracias a sus consejos las viejas han ido
abandonando poco a poco la bárbara costumbre de aplicarles
alcohol
caliente sobre la vulva de las negritas recién nacidas
(véase encuesta
6.2).
Al respecto, recuerda el "Curandero" que para él
eso fue muy impactante cuando, tan pronto había nacido su
hija, miró que su suegra cogía un algodón, lo empapaba en alcohol, lo
prendía y lo dejaba que ardiera un momento, luego lo
apagaba y, así caliente, había intentado
aplicárselo en la vulva de su bebita. Entonces, él
con furia la había apartado de un empellón y no le
había permitido cometer semejante disparate. Luego,
preguntando por la razón que pudo haber tenido su suegra
para someter a su nieta a tal martirio, le explicaron que esa era
una práctica tradicional de la comunidad, utilizada para
disminuir el tamaño de la vulva que, en su estado
natural, era muy abultada, incómoda y poco
atractiva para los hombres. Pero, como esas razones no le
convencieron plenamente, siguió investigando con otras
informantes y le dijeron que utilizaban ese método
empírico para cauterizar el clítoris y disminuir el
deseo sexual de las negritas, –de por sí elevado-
dice el viejo; porque allí no termina el ataque al sufrido
cuerpecillo ya que, cuando las niñas empiezan a sentir el
calor del
deseo que se les convierte en fuego con las caricias, lo
enfrían con cubos de hielo y, de ese modo, dice el
"Curandero": _si no lo cauterizaron en el primer intento, lo
congelaron en el segundo.
8. EXPOSICIÓN DE ESCULTURAS, MYRIAM
BERMÚDEZ. CALI, 2009
Pero el asunto no termina ahí porque el
"Curandero" ha seguido documentándose al respecto y, con
estos datos más
sus propias experiencias, ha llegado a sospechar que tales
procedimientos
han extinguido el punto anterior del clímax y le han dado
esa función al
otro que se encuentra ubicado más hacia el fondo. Por
tanto para llegar hasta allí, ha exigido a la contraparte,
alargar el "yatagán".
9. EXPOSICIÓN DE ESCULTURAS, MYRIAM
BERMÚDEZ. CALI, 2009
A la sazón, sabiendo que desde tiempo
atrás se le había doblegado la voluntad, sin haber
podido levantársela, a pesar de haber experimentado con
toda clase de estimulantes, ha preferido seguir husmeando, porque
no quiere fallarle a "Chilita", ya que para ella el "perrenque"
siempre ha sido importante en la búsqueda de su placer, y
por eso, cuando tiene la "mechuda" alborotada, le canta
así: _ "Toma, toma y dame que eso es dicha"…
Hasta ahí, y en vista de las circunstancias,
"Chilita" todo lo ha ido acomodando y manejando a su antojo; pero
si le nombran el "Diablo" sale despavorida de donde estuviera y a
la hora que fuera; porque siente un miedo pánico
que le obliga esconderse donde no le pudiera encontrar. Pues, de
ser así, la iba a "prender" a machete, tal como se lo
había advertido. .
10. EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS. BIBLIOTECA
VIRGILIO BARCO, BOGOTÁ, 2009.
Al punto, y gracias a las malas artes de sus amigas las
hechiceras, pudo enterarse que el condenado había escapado
del presidio y estaba en una casa vecina bebiendo ron con su
amante fortuita. Entonces, "Chilita" pensó que ese era el
momento para librarse de esa alimaña, y le paso el
"ondazo" a la "poli" para que le capturara; pero por sus culpas,
tan pronto entró la autoridad a la
pieza donde se suponía podía estar, el "Diablo"
desapareció, como por encanto, y los uniformados se vieron
en la vergonzosa necesidad de regresar a la cárcel sin
haber podido recapturar al convicto.
Después de eso, el "Diablo" se perdió y
nadie volvió a saber de su existencia, hasta que una
tarde, mientras su hermana preferida y su hija platicaban
tranquila y plácidamente en el corredor trasero de su
casa, llegó agitado cargando un maletín en la
espalda y con su revólver en el cinto. Apenas tuvo tiempo
para sentarse en medio de ellas y en un momento advertirles que
no le miraran, que hicieran de cuenta que no existía y que
siguieran conversando. Dicho esto, serró los
ojos.
Al poco rato, llegaron cuatro policías en pos de
él; y lo buscaron en todas las piezas, debajo de las
camas, en el desván y en cada rincón de la casa.
Pero no lo encontraron y salieron desconsolados y
mirándose aterrados unos a otros. El policía de
mayor rango les dijo a los subalternos: _¿Ustedes
percibieron ese olor a azufre que había dentro de esa
casa? _ No era azufre, respondió el uno, era alcanfor. No,
no era eso, dijo el otro, era orín. Lo que haya sido,
alegó el último, de todos modos, producía
mucho escozor.
Entre tanto, en el corredor trasero de la casa, el
"Diablo" se reincorporó, sacó de la mochila un
montón de billetes y se los puso a su hermana entre las
piernas; le besó la panza prominente a su sobrina que
estaba a punto de dar a luz y
también le pasó otro montón de billetes;
luego se dio un buen baño, se puso su "pinta" "bacana" y
salió tranquilamente por la puerta del frente.
En seguida, su sobrina, no podía creer lo que
había visto, por eso, con más susto que curiosidad,
le preguntó a su mamá sobre ese extraño
proceder de su tío, sobre quién era realmente su
hermano. Y ella, la hermana más querida, le contó
que cuando niño, su padre le había maltratado de
todas las formas, lo que hizo que su hermano se volviera rebelde
y rencoroso, hasta tal punto que llegara a amenazar al viejo de
que lo iba a matar; pero esa amenaza no la hizo personalmente,
sino valiéndose del gato negro que, una noche oscura,
mostrándole sus ojos rojos encendidos, entre maullidos, le
habló y le dijo: _ Miauuu…Yo voy a matar _a ese viejo
desgraciado _ "tal por cual", miau, miau.
11. FOTOGRAFÍA TOMADA EN
CANDELARIA, VALLE DEL CAUCA, 2008
Ella quedó paralizada del horror que le
había causado semejante hecho; entonces al día
siguiente agarró el endiablado gato y lo tiró al
río, pero por la noche volvió con sus maullidos a
asustarle. Luego, la misma acción
la volvió a repetir dos días más, y dos
noches más volvió a aparecer con su maullido a
estremecerle. Y para colmo de males, el muchacho rebelde no
asomaba por la casa, andaba perdido; entonces ella sola
volvió y atrapó al felino lo metió entre un
costal con piedras y por la noche lo lanzó al río.
Hasta allí llegó la existencia del horripilante
minino. Tan pronto ella llegó a la casa, con la respiración agitada y con su asombro al
límite, se percató que por el patio de atrás
acababa de entrar, con la ropa mojada, su hermano
menor.
Después de haber escuchado este crispante relato,
su hija respiró profundo y lentamente, se frotó la
panza para tranquilizar a la criatura que había estado
moviéndose intranquila durante todo el rato; por eso, con
ojos aterrorizados, le preguntó si sabía lo que su
tío musitaba mientras estaban los policías en la
casa buscándole, sin haberle encontrado; a pesar de que
él estuvo allí, con ellas, sentado sobre el
maletín. La mamá, nada había dicho porque no
debía transgredir la tradición que le
imponía el tabú que habían creado al
respecto y que, si a la comunidad le causaba temor, al "Diablo"
le permitía perpetuar sus privilegios; por eso de mala
gana y con expresiones de susto, le contó que su hermano,
en esos casos, repite la oración de "el santo
juez".
12. EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS. BIBLIOTECA
VIRGILIO BARCO, BOGOTÁ, 2009.
En el otro lado, "Chilita" andaba buscando escondederos
para que el "Diablo" no le fuera a encontrar y cumpliera con su
amenaza; pero nada ni nadie podía contra su venganza: ella
lo había "aventado" a la "poli" y eso no le podía
perdonar. Entonces, enterado el "Diablo" que ella estaba en la
casa de las brujas, unas catanas que decían leer la ceniza
del tabaco; que
sabían acomodarles el "cuajo" a los niños
que habían sido víctimas del "mal de ojo"; y que se
transformaban en pajarracos para volar tras los esposos infieles
o los hombres que querían poseer.
Precisamente, a esa casa, muy conocida en el sector, le
prendió fuego y las pitonisas junto con la "sapa" salieron
despavoridas. Entonces, "Chilita", advertida como estaba, se
metió entre el tumulto con la intención de
confundirse en medio de la gente que corría aterrorizada.
Pero, sin que alguien hubiera advertido su presencia,
apareció el "Diablo", se le lanzó como un galgo
cazador y la "prendió" a plan de machete
por todo lado y hasta alcanzó a herirle el hombro y el
brazo.
La vieja Filomena, mamá del agresor y de la
agredida, ante tanta confusión, al ver que su casa
también iba a arder como la de al lado, gritaba desaforada
pidiendo auxilio; pero como nadie le escuchaba y, viéndose
perdida seguía vociferando y maldiciendo hasta que
perdió la voz. Entre tanto, en medio de la
confusión, el "Diablo" se escabulló río
abajo y "Chilita", toda ella ensangrentada y gritando como
enloquecida, acompañada por algunos vecinos y vecinas,
salieron corriendo hacia el hospital para que le contuvieran la
hemorragia.
En esas calendas, el "Curandero" había cambiado
su rutina y, ambulando por el vecindario, pudo presenciar
cómo, la bruja "care" pájaro", en uno de sus ritos,
hacía buches con aguardiente mezclado con zumo de
hojas
de ruda, para luego escupírselos en el cuerpecito
del niño que tenía el "mal de ojo" y también
"volteado el cuajo". Para el caso –dijo el
"curandero"- que la bruja "care" pájaro" tomaba a la
pobre criatura de los pies y le fueteaba con las ramas de la
misma planta, al tiempo que mascullaba unos cantos y
oraciones.
También me contó que, los moradores del
lugar pasaban sus días entre las juergas que no faltaban,
los sepelios que abundaban, las fiestas que pululaban y los
bullicios que hormigueaban. Y, en medio de tales acontecimientos,
una tarde calurosa, uno de los muchachos que estaba jugando
dominó con sus amigos, a la sombra de las frondas del
árbol de mango, comentó –sotto voce- que
el "Diablo", después de haber sido condenado por veinte
años, solamente había estado encerrado unos pocos
meses porque, "por sus narices" se les había
escapado. _Seguramente con mucha "marmaja", porque el "condenado"
era quien se encargaba de los "muñecos" de los
demás patios, afirmó el negro que parecía
ser el mejor informado. Para cerrar la conversación, uno
de ellos, recordando a Héctor Lavoe, les cantó: "Y
aunque a todo el mundo le robó la plata / nadie lo delata
/…
Desde entonces hasta ahora ha ejecutado muchos
"trabajos", pero todos por encargo, le confesó al hijo de
su sobrina, el día que le fue a visitar al hospital,
después del "bautismo de sangre" que
recibió el muchacho en una disputa callejera. Eso
sí, el "Diablo" se hizo cargo de los gastos de
hospitalización, médicos especialistas y
medicamentos; tal como lo hace con la gente más pobre del
vecindario: socorriéndoles con dinero en caso
de urgencia o con alimentos y ropa
en otras ocasiones. Por eso, en esa comarca, todos quieren al
"Diablo".
13. FOTOGRAFÍA TOMADA EN CALI, VALLE DEL CAUCA,
2009
NOTA: SE HA CAMBIADO LOS NOMBRES DE LAS PERSONAS PARA
GUARDAR SU IDENTIDAD Y SE
HA PUBLICADO CON LA AQUIESCENCIA DE LA INFORMANTE QUE EN ESTE
RELATO FUNGE COMO LA SOBRINA.
III. SUPLEMENTO
Los Cuentos
aquí relatados, tal como se dijo en la
Presentación, son historias vivas conocidas por la
comunidad y hacen parte de un patrimonio
colectivo. El cuentista, tal como plantea E. Bioho (2), oficia de
expositor y los presenta según su interpretación, con el propósito de
patentizarlos y difundirlos. En este caso particular, basado en
la idea de que un "País crece cuando conoce y vive sus
tradiciones", y también fundamentado en que el conocimiento
de esta Comunidad Afrocolombiana podría contribuir al
desarrollo de
su cultura dentro
de sus propios parámetros, sus conceptos y su
visión del mundo.
Además, gracias a que dichos relatos presentan
unos interesantes elementos culturales, folklóricos y
míticos, he investigado una sucinta información bibliográfica, en primer
lugar, para ubicarlos en el contexto y, en segunda instancia,
para proveerlos de algún grado de consistencia
teórica. Para el efecto, he tomado de R. Lowie (3) el
concepto de
cultura como la suma total de los conocimientos que el individuo
adquiere de su sociedad como
un legado del pasado. Pero, dado que ésta en sí
misma es una abstracción, para obtenerla en forma real se
necesita describir las actividades de las personas dentro del
ambiente
social; lo que en este relato se ha patentizado a través
de las prácticas de la "comadrona", el "curandero", la
"bruja car"e pájaro", el "diablo", "Chilita" y los negros
areneros. Además, con base en los planteamientos de F.
Boas, he descrito el tipo de vivienda, la estructura
social y algunas creencias y prácticas de
hechicería. Con tales aportes, he podido corroborar que la
cultura revelada a través de las prácticas
cotidianas verdaderamente resulta de las enseñanzas
trasmitidas por las generaciones anteriores; tal como
"también sucede en los procesos
psíquicos de una generación que, si no prosiguieran
desarrollándose en la siguiente, cada una de ellas se
vería obligada a comenzar desde un principio el aprendizaje de
la vida…" (4).
En forma particular y con referencia a los eventos
culturales esbozados, se puede apreciar la herencia africana
manifiesta en la importancia que tiene dentro de la comunidad el
"curandero"; así como también ejerce gran
influencia la "comadrona" al transmitir en sus prácticas
las tradiciones ancestrales; pero, sobremanera, se destaca en el
"cuento" el
influjo que tiene dentro del conglomerado social el componente
mágico heredado de la "santería" africana y llevado
a la práctica por medio de la brujería
(véase Gráfico 4). En tal sentido, Martán
Góngora Helcías (5) ya se había referido a
"la hechizada farmacopea popular, a las brujerías de las
remedieras, a los brujos del Micay y las negras hechiceras del
Chocó" Y, Motta G. Nancy (6) amplía el concepto
cuando dice que las creencias mágicas están
asociadas a la religión en una
relación simbiótica de lo que se desprende el uso
de amuletos, fórmulas verbales, relicarios y oraciones. O
sea que la magia (brujería) ha invadido los espacios del
amor, la
fidelidad, el sexo, el
prestigio (P.77). Ni más ni menos, lo que N"dong Andeme
entiende como "la retención cultural de rasgos africanos"
(7)
14. EXPOSICIÓN DE ESCULTURAS, MYRIAM
BERMÚDEZ. CALI, 2009
Ahora bien, con este "cuento", basado en la realidad,
aunque con algunos elementos ficticios, he intentado valorar y
conservar la cultura autóctona; teniendo como base la
"Ley de
Comunidades Negras" que, al rescatar los derechos culturales y sus
tradiciones, determinantes de su estructura,
también busca conocer su cosmovisión.
De una manera puntual, vale la pena destacar la
conformación familiar que, además de estar
integrada por quienes poseen el parentesco sanguíneo, se
adiciona el social adquirido a través del compadrazgo. O
sea que, en dicha estructura, el rol más importante lo
representa la madre y, el padre, aunque es el jefe del hogar,
tiene un rol secundario. Pero dado que la mayoría de
parejas tienen sus hijos en la modalidad de unión libre y,
debido a que los hombres abandonan sus familias por diferentes
motivos, la abuela ("la mamita"), se convierte en el centro de
la familia y
alrededor de ella se reúnen los hijos, nietos, sobrinos,
ahijados, entenados, primos, etcétera.
Por otro lado, para que no quepa en este estudio
ningún sesgo racista, en mi calidad de
narrador tengo perfectamente claro el concepto de que los
miembros de la sociedad colombiana poseen características
multiétnicas y pluriculturales; pero tampoco desconozco,
tal como afirman los investigadores Córdoba Cidenia de y
Córdoba C. Darcio (8) que "los negros han debido asimilar
del medio algunos elementos culturales, formando una especie de
"colcha de retazos", porque la asimilación no fue total,
ya que mucho de lo africano subsiste en lo profundo, aunque en la
superficie se haya transformado". En el mismo sentido, Wade,
P(9), afirma que: "la cultura negra está
españolizada en su apariencia exterior; sin embargo (…)
sus formas culturales son el resultado de las influencias
hispánicas y africanas". Pero, tal intercambio cultural
también se ha dado en el otro sentido y, al respecto, un
personaje que ha contribuido de una manera paciente, pero firme
en la permuta cultural entre el blanco y el negro africano ha
sido la "empleada doméstica"; puesto que en muchos casos
los hijos de aquellos aprendían más de las esclavas
africanas que de sus padres porque éstas
permanecían más tiempo con los niños. Pero,
lastimosamente, sus amos no les permitieron educarse porque les
parecía que eso representaba una pérdida de tiempo;
solamente les instruían en religión y moral para
volverlos sumisos. Y, a decir verdad: "la Iglesia
justificaba la esclavitud
porque, gracias al bautismo, salvaban muchas almas negras de la
condenación"; y también pregonaba que "sólo
la esclavitud los libraba del canibalismo, de los apetitos
insaciables y de la magia negra" ( M.Z. Olivella) Tal vez por la
misma razón, Martín Luther King expresó en
su tiempo que "las comunidades negras aún sufrían
las consecuencias de una inferioridad acumulada en el curso de
siglos de servidumbre" (10).
Ahora, en consideración a que en los eventos
comunicativos de esta cultura, se encuentran huellas de su
estructura social y en atención a que sus prácticas
culturales son mediatizadas por el lenguaje,
he conformado un inventario de
términos léxicos utilizados en el "cuento" y
además algunos refranes, proverbios, dichos y versos que
registran su modo de ver el mundo, su ética y su
herencia.
3.1. Términos
Léxicos:
"aventado". Aventar a una persona es
informar sobre ella o sus acciones. De
allí viene la expresión "prender el
ventilador".
"bacana". Bonita, vistosa, nueva. Otras acepciones con
el mismo sentido son: "aguajera", "chévere",
"legal".
"balsánica". Bebida medicinal afrodisíaca
con base en hierbas y plantas aromáticas.
"care"pájaro". Apócope de cara de
pájaro.
"catana". mujer adulta con
apariencia juvenil.
"comer". En el sentido de practicar el coito. Con el
mismo significado: "tirar", "pichar".
"cuajo". Es el nombre vulgar de una víscera. Pero
aquí significa deteriorar la salud o cambiar el comportamiento
de una persona. También se escucha la expresión: lo
arrancó "de cuajo".
"Curandero", Persona que ejerce la medicina de
forma empírica con plantas curativas. También
llamado ´"Lenguaraz" debido a su facilidad para comunicarse
con los distintos subgrupos lingüísticos.
"chamico". Perfume de hierbas para enamorar.
"en sus narices". Que se pasa por frente de alguien y no
le ve; que se hace algo delante de alguien y éste no se da
cuenta.
"la seguidora". Alguien que sigue a todas
partes a una persona.
"mal de ojo". Daño
causado a un niño debido a la fuerza
negativa que pueda tener la persona que le
miró.
"marmaja". Dinero, billete, plata.
También: "lana", "billuyo", "billegas".
"mechuda". Una forma de llamar a la vulva.
También le denominan "mueca". "gallo"
"muñeco". Muerto.
"ondazo". Debe entenderse como pasar
información.
"perrenque". Significa miembro viril. Con el mismo
significado: "tranca", "yatagán".
"perreo". Baile exageradamente sensual. En la Costa
Pacífica se baila el "berejú", descrito como baile
desordenado y "calenturiento".
"pinta" Vestido, traje, ropa.
"poli". Apócope de policía.
"prender". Quiere decir que va a repetir muchas veces la
misma acción.
"sapa". Persona que no sabe guardar un secreto. Que
imprudentemente puede informar algo que no
debía.
"se la echó". En el sentido de haber practicado
el coito. Otra expresión similar es "se la
papió"
"trabajos". En el sentido de matar por
encargo.
3.2. ADIVINANZA.
"Préstame tu hondo, hondo; pa"
meté mi largo, largo.
¿Qué será?
Respuesta: El batidor y la
olleta.
3.3. VERSOS.
"Negrito de Cucumbé,
mete la mano,
sacá y
güelé".
Besos me pides,
besos te doy,
bésame el "gallo"
que ya me voy.
3.4. PROVERVIO
mujer que se emborracha,
pierde la "cuca-racha".
En cuanto a los términos léxicos que he
utilizado en el cuento y que están relacionados con el
folklore
erótico, me sustento en lo que el investigador G.Legman
(11) dice al respecto: "el erotismo es socialmente válido
e históricamente importante, pues "sería
erróneo creer que el folklore erótico sea un asunto
sobre el que ninguna persona decente quiera saber". Por eso,
basándome en su concepto sobre los elementos del folklore
sexual, (costumbres, supersticiones, canciones, cuentos, chistes,
adivinanzas, con un gran acervo de jerga erótica), he
rescatado dicha jerga y también algunos versos y
adivinanzas.
Colofón: "El folklore sexual es, (…), la
única forma de folklore que aún se trasmite
incontaminada y popularmente en el mundo
occidental."
IV ANÁLISIS DE LA
ENCUESTA
En vista de que este relato hace referencia a eventos
culturales de hace unos veinte años, me surgió la
idea de comprobar si tales prácticas culturales
pertenecían al pasado o, si por el contrario,
hacían parte de las costumbres actuales de los miembros de
la etnia
Afrocolombiana. Para el efecto, elaboré dos encuestas para
aplicarlas a una pequeña muestra que,
aunque no permiten generalizar, sí dan una pauta para
entender hasta qué punto las tradiciones ancestrales
orientan las acciones de esta comunidad.
I. Los encuestados son oriundos de
la ciudad de Cali el 60%, de El Charco el 10%, de
Buenaventura el 10% y de Candelaria el 20%.
GRAFICO 1
II. Género: El 80%
pertenece al género femenino y el 20% al
masculino.III. Escolaridad: El 30 %
cursó la Básica Primaria y el 70% la
Básica Secundaria.IV. .Preferencias: (Cada item es
independiente)V. El 70% prefiere vivir en la
ciudad y el 30% en el campo.
El 50% prefiere bailar, el 30%
pasear y el 20% otra actividad.
GRAFICO 2
VI. El 10% prefiere leer, el 70%
descansar y el 20% mirar TV.VII. El 40% prefiere bailar salsa,
el 20% merengue, el 20% perreo, el 20% otro.
GRAFICO 3
4.5. 30% prefiere las relaciones
sexuales entre miembros de la misma raza, 20% con miembros de
otra raza, 50% le es indiferente.
VIII. Preguntas para responder con
SÃ o NO.
5.1. ¿Usted cree en la existencia de
espíritus malignos?
100% SÍ.
IX. ¿ Usted le teme a la
brujería?
90% SÍ y 10% NO.
X. ¿Usted conoce alguna
bruja?
60% SÍ, 30% NO, 10% No
responde.
XI. ¿Es verdad que las
brujas se convierten en pajarracos?
80% SÍ, 10% NO, 10% No
sabe.
XII. ¿Es cierto que las
brujas preparan pociones?
100% SÍ.
GRAFICO 4
VI. Preguntas para respuesta
abierta:
¿Usted qué hace para
disminuir el deseo sexual?
30% con agua
fría, 20% no pensando en sexo, 30% teniendo sexo, 20% no
responde.
GRAFICO 5
Diga si es verdad que a las bebitas les
aplican algodones calientes en la vulva.
30% respondió afirmativamente. 70%
No sabe
Escala de importancia.
La familia el 80%. El trabajo el
20%La mamá el 40%. Los hijos el
40%. La abuela (mamita) el 20%
7.3. Baile el 10 %. Sexo 70%. Trabajo
20%.
GRAFICO 6
Las respuestas de I a IV nos informan sobre las
características de los encuestados, quienes, entre sus
preferencias tienen bailar y descansar, tal como se muestra en
los Gráficos 2 y 3.
En el Gráfico 4 se puede observar cómo
está de arraigada la creencia en espíritus
malignos, bujerías y demás supersticiones, tal como
se relata en el "cuento" y lo afirman los investigadores
consultados.
Lo que muestra el Gráfico 5, ratifica que las
prácticas de "Chilita" en el "cuento", no son una
invención; y de paso se reafirma la importancia que tienen
las relaciones sexuales entre la comunidad estudiada, cuando en
la escala de
importancia del ordinal 7.3., alcanza el porcentaje más
alto, tal como lo indica el Gráfico 6. También
tiene gran importancia la familia, y
así se expresa en 7.1. y 7.2.
En la encuesta que se aplicó a afrocolombianos y
afrocolombianas mayores de cincuenta años se pudo
confirmar que, los instrumentos
musicales de mayor agrado son:
En 1r. Lugar. La Marimba y los Timbales,
En 2º, lugar. El cununo, La Trompeta y La
Guitarra,
En 3r. Lugar. El Tambor, El saxofón y la
Quena.
Gustos musicales que indican la herencia africana, tal
como se dijo el La Presentación y lo reafirman los autores
de Cátedra Afrocolombiana.
V.
BIBLIOGRAFÍA
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ATENCIO. B. Jaime. CASTELLANOS, Isabel. Fiestas de Negros en el
Norte del Cauca: Las Adoraciones del Niño Dios, Universidad del
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Africanía.(11) G. Legman. Folklore
Erótico. Ediciones Roca S.A. México,
1974
VI. EL CHI QUI CHA DEL
TREN
(UN CUENTO)
15. TRENECITO PARA LLEVAR NIÑOS,
UNICENTRO CALI, 2008
Don Pedro, siempre dicharachero y cariñoso;
recuerda su sobrino que se estasiaba escuchádole sus
cuentos sobre la construcción de la carrilera, sobre la
locomotora con su caldera y todos esos complicados mecanismos que
producían el movimiento de
los pistones y la salida del vapor produciendo ese sonido alegre y
característico del tren.
Pero, aunque el niño le tenía afecto, no
podía soportar que mortificara tanto a la nana; pues no se
cansaba de hostigarla y ponerle anatemas:
-Negra del "diantre", quien te puso Alba nunca vio
el amanecer, le repetía una y otra vez.
-Ay "Josú", coja oficio don Pedro. Y no haga
tanta bulla que va a despertar al niño.
-"Negra: espanta la Virgen". Volvía y le
gritaba.
-Don Pedro, "usté" es el mismísimo
demonio. Salga de aquí.
Sí, la nana era una negra fina descendiente de
africanos, de ojos grandes, labios carnosos, cuerpo esbelto y
senos firmes.
Cuán alegre y servicial era la negra. Era la
niñera cuidadosa a quien la maestra le confiaba su hijo
mientras ella salía a trabajar en la escuelita rural. Por
eso, siempre reconoció que no habría podido cumplir
con tal obligación si no hubiera contado con la ayuda de
esa negrita a quien su hermana Otilia había criado, por
esas jugadas del destino, por esos designios
inexplicables.
Pues sí, comentaba la "doñita" que no pudo
resistir la mirada triste de esa negrita que andaba sin rumbo por
esos parajes malsanos en donde, por esas calendas, se
construía el Ferrocarril del Pacífico. Y, recordaba
que ese episodio sucedió durante el tiempo que estuvo
regentando un restaurante y dando la alimentación a una
cuadrilla de trabajadores contratados para descuajar la
montaña, empalizar los pantanos y rellenar con roca muerta
el camino donde debían colocar los travesaños de
madera para
clavar los rieles del ferrocarril.
Por eso, porque sabía que con su trabajo estaba
contribuyendo al progreso de su comarca, cada vez que
sentía que sus fuerzas flaqueaban y su salud desmejoraba,
se repetía: _no me iré de aquí hasta tanto
pueda ver pasar la locomotora con su imponente caldera, con su
característica columna de humo, con su sonora campana y
con su alegre chiqui cha.
En esas fantasías estaba la doñita:
divagando y meciéndose en su hamaca, mientras
transcurrían las horas calurosas y húmedas de la
tarde. De pronto, se acercó a la tienda una pobre pareja
de negritos con sus hijitos enfermos y desnutridos, buscando una
mano caritativa que les pudiera ayudar; pero en ese campamento
todo era provisional y quienes lo ocupaban también
adolecían de muchas necesidades, por eso solamente pudo
auxiliarlos con un poco de comida.
De tal manera que los desdichados tuvieron que seguir su
camino sin rumbo fijo por entre esos riscos inhóspitos.
Entonces… allí, en ese lugar y en ese momento fue cuando
la negrita más pequeña volteó su carita y
con sus ojitos tristes miró a la doñita.
Ésta, conmovida por tan triste estampa, y contrariando a
la razón, les dijo a los negros que ella se haría
cargo de la niña, que la dejaran para criarla
cristianamente. Los negros aceptaron gustosos y le entregaron a
la niña.
Enseguida, después de haberle dado de comer, la
doñita intentó quitarle el vestidito para
bañarla, pero no pudo hacerlo porque lo tenía
pegado a la piel llena de
sarnas. Entonces se lo quitó por pedazos y le curó
las llagas con agua oxigenada y polvos de sulfatiasol. Y como su
cabecita la tenía invadida de piojos y liendres tuvo que
raparla y rociarle dedeté.
Mientras realizaba tales menesteres, las horas
habían pasado sin que ella se diera cuenta. Ya en la
madrugada, una de las cocineras dizque le gritó:
_doñita, "ya llegó el alba". Y ésta le
contestó: _sí aquí estoy con mi Alba. Y con
este nombre la bautizó, y con su apellido se la
apropió.
Gracias a los cuidados y el afecto que le prodigaba la
doñita, Albita Ortiz fue creciendo rápido y
aprendiendo a realizar los quehaceres domésticos, hasta
que con el transcurrir del tiempo se convirtió en su
auxiliar de confianza para todas las actividades relacionadas con
el manejo del restaurante y de la tienda.
La malaria y otras enfermedades propias de esa
región habían ido menguando las fuerzas y los
bríos de la doñita, hasta tal punto que
sintiéndose sin fuerzas para seguir trabajando en esas
tierras de sus amores y sus dolores, tuvo que volver a su casa de
Tutachá.
En esta sabana fría, la doñita esperaba
restablecerse para regresar al campamento del Diviso, donde todo
lo había dejado y, donde quería seguir viviendo
hasta culminar con su tarea y escuchar el anhelado "chiqui cha"
del tren sobre los rieles de acero. Pero,
_cuando los sucesos tienen que pasar, pasan, afirmaba
tajantemente don Pedro. Por eso, llegaron a esos lares la maestra
con su hijo y la negra Alba lo abrazó y, desde ese
momento, se convirtió en su nana.
La maestra, la negrita y el niño vivieron en una
casita pequeña que quedaba junto al río; desde
allí, en las noches estivales, divisaban las estrellas
recostadas sobre los picachos de la "gigante roca". Y en las
noches fantasmales, la negrita les contaba las historietas que le
había escuchado a la doñita, pero aquellas noches
eran diferentes, porque eran oscuras y amenazantes, con ojos de
tigre y colmillos de serpiente. Pero nunca les contó
cómo transcurrieron esos largos meses de la enfermedad,
solamente les decía que la doñita había
muerto divagando y divagando, con su cabecita llena de ruidos de
trenes azules, y con su corazón
repleto de desengaños rojos.
VII. VERSOS COLOR
MIEL
DESEO
Quisiera confundirme con la brisa
para acariciar tu rostro;
quisiera confundirme con la noche
para dormir en ti.
Quisiera estar en tu hondo palpitar,
en tu ignoto soñar,
en el embriagante aroma de tu deseo.
Quisiera tener el elixir
que aliviara tu sufrir;
quisiera tener la poción,
para curar tu
perturbación.
cambiaría la lejanía por el
abrazo,
el frío por el ardiente beso,
esta tristeza lacerante
por tu pronto regreso.
SOLAMENTE PIEL
Toda ella menudita,
pero bien proporcionada
cantaba y bailaba solita
mientras la ropa planchaba.
Lady, la negrita se llamaba,
la que sus atributos mostraba
y la que orgullosa llevaba
su colita bien parada.
Cinco ocasiones salimos
y en las cinco nos perdimos
con el vino que bebimos
y con eso que fumamos.
Que se fue para la costa
me lo contó un pajarito.
Quizá regresare airosa
de región tan peligrosa.
Te fuiste sin despedirte
como sin saludar llegaste;
pero mi mente embriagaste
con tu aroma alucinante
GEMIDO
Tumaqueña es la negrita
que cuando escucha el tambor
todo el pecho le palpita
porque danza con
ardor.
Sus caderas se estremecen
y su cintura también
cuando baila bullerengue,
currulao y mapalé.
De la marimba el sonido
se escucha con emoción
y de la negra el gemido
que sale del corazón.
Cada viernes en la noche
de alegría hace un
derroche;
porque goza con la gente
que le brinda su aguardiente.
Ese aguardiente de caña
que aviva los sentimientos
de la negra que hoy
extraña
esos hermosos momentos.
Intensos momentos llenos
de alegría y de
pasión;
ahora sólo son buenos
recuerdos de una ocasión.
CHOCOLATOSA
Era un redondo melón
Cubierto de chocolate
Que me trajo mi bombón
Por quien mi corazón
late.
Tan provocativo lo vi
Que el deseo no resistí
Y un mordisco yo le di.
Bien pude haberlo probado
En uno o en otro lado
Pero me sentí tentado
Por la crema y el melado.
Luego la pulpa encarnada
Del melón quedó
pelada
Y yo tomé una tajada
Pa"compartir con mi amada.
Luego buen vino bebí
Y encantado me sentí
Porque este año que
cumplí
Todo me lo dio a mí.
Autor:
Marco Freddy Solarte
Ruano
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